El mundo es un
lugar complicado en muchos de sus ámbitos, pues aunque la vida nos trae cosas
buenas de la misma manera esta lleno de problemas y dificultades. Ni siquiera
nos sentamos a pensar en la innumerable cantidad de peligros que pasan nuestros
hijos, vecinos, amigos y/o hermanos (eso sin mencionarnos a nosotros mismos)
por el simple de hecho de salir de la casa. Y como pensar en ello. Perderíamos
la cordura, al salir de nuestra casa podemos ser: Robados, secuestrados,
violados, estafados, heridos y asesinados, por mencionar algunas. A veces
quisiéramos no tener que salir de casa porque ahí estamos mas seguros... o eso
creemos: no hay candado que no se pueda romper, no hay persona que pueda no
dormir, no hay guardián que no pueda ser sobornado, ni casa a la que no se
pueda entrar por la fuerza.
Viendo la vida
desde este punto de vista deberíamos razonar: ¿Como podemos vivir así? La
respuesta es simple, vivimos así porque tenemos cierto grado de fe en la
decencia desconocida de nuestros conciudadanos. De manera automática asumimos
que la gente no quiere hacernos daño, correcta o incorrectamente, e
irónicamente, a la vez desconfiamos de todo el que no conocemos.
Usted quizá este
pensando: “Esto yo ya lo sabía, se ha presentado un problema del que no tiene
sentido hablar si no se tiene solución”. Y si lo pensó así esta en lo correcto
totalmente. Pero para entender un problema social como el ya mencionado debemos
examinar las causas de este. Una pregunta pertinente para hacerse a usted mismo
sería: ¿Estoy yo contribuyendo a la decadencia social que nos afecta y que
parece avanzar cada día? ¿Como saber esto? ¿Como podría yo contribuir a este
mal si ni he robado, ni asesinado, ni me meto en los negocios de nadie?
Una de las causas
que ha provocado la decadencia social ha sido, por increíble que parezca, el
egoísmo. Solo nos importamos nosotros mismos. Piense por un momento en esto: Si
alguien necesita ayuda y otra persona no la ayuda porque se pondría en peligro
a si misma, si la persona que necesita ayuda muere porque nadie la ayuda usted
podría pensar: “Bueno, es comprensible porque la vida del que podría haber
ayudado estaba en peligro”. ¿Pero que tal si la persona que necesitaba ayuda es
su hijo o hija? ¿Que tal si es usted? Note que si vivimos en una
sociedad en la que sólo se piensa en uno mismo esta persona morirá. ¿Que
esta persona no es hermano, hermana, hijo o hija de alguien?
Por contraste si
todos abandonamos el egoísmo, de hecho si tan solo ALGUNOS abandonamos el
egoísmo, vidas que no se hubiesen salvado se salvarán. Gente que hubiese robado
por hambre no robará porque a alguien le importará su situación y los ayudará
antes de que esto suceda. La gente no puede herir ni destruir lo que le
importa, por lo tanto si nos importa nuestro prójimo, nunca podríamos hacerle
daño. ¿No quisiera usted que todos fuéramos así? Pues bien para arreglar
una sociedad de diez se debe empezar por uno, y para arreglar una de un millón
también se empieza por uno. Ese uno es usted. Usted no podrá cambiar a nadie
nunca, pero usted puede decidir mejorarse a sí mismo. Que sea nuestra
filosofía: “Hágase con los demás lo que quisiéramos que se haga con nosotros”.
Piense en esto, piense como una simple frase que cabe en una línea es la
solución a TODOS los problemas. Piénselo, nadie golpeará a otro porque nadie
quiere ser golpeado, nadie robará a otro porque nadie quiere ser robado. El que
se haya inventado esta frase debe ser la persona mas inteligente del mundo,
porque con una sola frase solucionó, todos los problemas del mundo. TODOS. ¿Quien
dijo esto? Jesús lo dijo. “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y
como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los
profetas” Mateo 7:12
Meditación escrita
por: Carlos Nina Vargas
No hay comentarios:
Publicar un comentario