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viernes, 30 de agosto de 2013

Reflexiones - LA BUENA SUERTE DE FREDDIE



El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza; el más recto, más torcido que un espino. Pero ya viene el día de su confusión; ¡ya se acerca el día de tu castigo anunciado por tus centinelas! (Miqueas 7: 4).
Hay una historia muy reveladora de lo que Dios quiere hacer con nosotros. La cuenta Leo R. Van Dolson en Un llamado al reavivamiento. Un bebé llamado Freddie fue entregado a una agencia de adopción, pero como había nacido sin brazos se lo colocó en la lista de los difíciles de adoptar. Francés y Edwin Pearson llegaron a la agencia en busca de un niño. La señora Pearson le echó una mirada llena de orgullo a su marido, de porte atlético, y dijo que sería buen padre para un varoncito.

Los Pearson admitieron que no tenían mucho dinero, pero la esposa insistió, diciendo:

—Tenemos mucho amor... ¡Lo hemos ahorrado!

La trabajadora social entrevistó concienzudamente a la pareja y, finalmente, les dijo que había disponible un niño de trece meses. Los Pearson estaban entusiasmados. Entonces sacó la fotografía de Freddie, y les dijo:

—Es un chiquillo maravilloso, pero nació sin brazos.

Los Pearson estudiaron detenidamente la fotografía.

—Podría jugar fútbol —sugirió la señora Pearson.

—Los brazos no son tan importantes. Se las podrá ingeniar sin ellos. Si le faltara la cabeza sería otro asunto. Le podemos enseñar un montón de cosas —añadió el señor Pearson.

—¿Les parece que podrían acogerlo, entonces? —preguntó la representante de la agencia.

—¿Podríamos? ¡Podríamos! —respondieron los Pearson—. ¡Lo necesitamos!

Así fue como la feliz pareja acogió a Freddie en su hogar y sus corazones.

Dios nos necesita. Seis mil años de degradación nos han desfigurado, estropeado y deformado. ¡Pero Dios nos necesita todavía! Quiere recibirnos para sanarnos completamente.

Dios discute con nosotros como en los días de Miqueas: «Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¡Dime en qué te he ofendido!» (Miq. 6: 3). La tragedia es que millones preferirán quedar deformes y torcidos como el espino y la zarza, negándose a ir a Cristo para que los adopte y los sane verdaderamente en el seno de su familia. Dios quiere ayudarnos y salvarnos más de lo que nosotros jamás podremos comprender. ¿Ya escuchaste y aceptaste su llamado? Si no, apresúrate, porque el tiempo apremia. No necesitas buena suerte, como Freddie, sino fe en Jesucristo.

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

jueves, 29 de agosto de 2013

Reflexiones - NO PIERDAS LA FE


Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida (Hebreos 10: 39). 

Viktor Frankl cuenta la historia de un prisionero que perdió la fe y la esperanza: «El prisionero que perdía la fe en el futuro estaba condenado. Con la quiebra de la confianza en el futuro faltaban las fuerzas del asidero espiritual; el prisionero se abandonaba y decaía, se convertía en sujeto del aniquilamiento físico y mental. Normalmente esto se producía de repente, en forma de crisis, cuyos síntomas resultaban familiares para el prisionero experimentado.

»Una vez fui testigo de la pérdida de la fe en el futuro y el peligro de darse por vencido. E, el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: —Me gustaría contarle algo doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería saber y mis preguntas serían respondidas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos. —¿Y cuándo tuvo usted ese sueño? —le pregunté. —En febrero de 1945 —contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. —¿Qué respondió la voz en su sueño? En voz baja, casi furtivamente, me susurró: —El treinta de marzo.

»Cuando El me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El 29 de marzo, de repente, E cayó enfermo con una fiebre muy alta. El 30 de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El 31 de marzo falleció». 

Los cristianos han salido vencedores en situaciones que no ofrecían ninguna esperanza humana, porque la fe en Dios y sus promesas les daba valor para afrontar todos los dolores y sufrimientos. Cuan ciertas son las palabras del apóstol: «Nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida» (Heb. 10: 39). 

Si sufres por cualquier causa, cobra ánimo con estas palabras. El cristiano es más que vencedor porque su fe está firme en Dios. ¡No pierdas la confianza en Dios! 

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez


miércoles, 28 de agosto de 2013

Reflexiones - ¿PERFECTOS O SOLO PERDONADOS?



«El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Juan 10: 10).

 Una calcomanía en el parachoques del automóvil decía esto: «Los cristianos no son perfectos, solo son perdonados». Cuando lo leí por primera vez, el pensamiento me dejó intrigado. ¿Es lo que realmente somos? ¿Perdonados, nada menos y nada más? La «calcomanía teológica» hace dos aseveraciones y ambas son correctas. Sí, ningún ser humano, con la excepción de Jesús, es perfecto. También es cierto que Dios proporciona el perdón sin excepción a todos los que aceptan a Cristo como su Salvador personal; y esto no depende de que sean perfectos. Sin embargo, algo no parece correcto con respecto al mensaje de la calcomanía, especialmente si la leíste en el parachoques de un automóvil cuyo conductor se metió rudamente en tu carril y hace sonar la bocina desconsideradamente contra los otros conductores. ¿Es verdad que el perdón es lo único que identifica a una persona como cristiana o la única cosa que importa en la vida de un cristiano? Por desgracia, lo que esta calcomanía realmente comunica es que «ser perdonado es todo lo que importa en el cristianismo, lo que es genuinamente esencial». Desde este punto de vista, lo único que importa es que antes de morir le digas a Jesús: «Perdóname, te entrego mi vida», para escapar de la muerte eterna. Puedes leer un buen análisis al respecto en el libro The Divine Conspiracy [La conspiración divina], de Dallas Willard. La Biblia dice, sin embargo, que Jesús no vino y murió únicamente para proporcionarnos perdón sino para darnos vida y dárnosla en abundancia (lee Juan 10: 10). Cuando Jesús dijo esto se refería al presente, a la vida que vivimos en este mundo antes de que venga por segunda vez. Si esto es cierto, la diferencia entre un cristiano y uno que no lo es, va más allá del hecho de que uno es perdonado y el otro no. Debes percibir la diferencia en las «vidas» que ellos viven, ¿no es cierto? Cuando Jesús nos perdona también nos da su Santo Espíritu para implantar los principios de su reino en nuestras vidas. Si permitimos que Dios haga esto en nosotros, seremos realmente dichosos. Cristo vino para hacernos fructíferos en los frutos del Espíritu Santo que se resumen en el principio del amor. Todo el que se entrega a Cristo es un árbol fructífero en el huerto de Dios. ¿Eres un árbol fructífero o estéril? La decisión está en tus manos.
Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..?
Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

martes, 27 de agosto de 2013

Reflexiones - ¿UNA DEFINICIÓN DEL AMOR?



¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Juan 3: 1).

Juan no intenta describir el amor de Dios, sino destacar su altura, profundidad y anchura. Por eso dice «Fíjense qué gran amor» nos ha manifestado Dios, y luego suspende su intento de describirlo. Viktor Frankl narra en El hombre en busca del sentido último lo que le sucedió en el campo de concentración cuando un incidente le recordó a su esposa separada cruelmente de su lado. La fila de prisioneros caminaba por una carretera, en medio del frío invierno, sin abrigos, casi desnudos, antes del amanecer, rumbo al trabajo. El dolor y el sufrimiento eran atroces. Pero la mente de Frankl se concentró en el recuerdo amoroso y al parecer se acercó a una comprensión de la profundidad del amor de Dios. «Por primera vez comprendí la sólida verdad dispersa en las canciones de tantos poetas o proclamada en la brillante sabiduría de los pensadores y los filósofos: el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar el hombre. Entonces percibí en toda su profundidad el significado del mayor secreto que la poesía, el pensamiento y las creencias humanas intentan comunicarnos: la salvación del hombre solo es posible en el amor y a través del amor. Intuí cómo un hombre, despojado de todo, puede saborear la felicidad [...] si contempla el rostro de su ser querido. Aun cuando el hombre se encuentre en una situación de desolación absoluta, sin la posibilidad de expresarse por medio de una acción positiva, con el único horizonte vital de soportar correctamente, con dignidad, el sufrimiento omnipresente, aun en esa situación, ese hombre puede realizarse en la amorosa contemplación de la imagen de su persona amada. Ahora sí entiendo el sentido y el significado de aquellas palabras: "Los ángeles se abandonan en la contemplación eterna de la gloria infinita"». Quizá esa comprensión del amor de Dios capacitó a los mártires para cantar en medio del martirio y morir alabando a Dios. Es el amor que todos debemos cultivar para amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente, creo que ese amor se pide y se recibe del Señor, pero también se cultiva y se ejercita en la práctica de la vida cristiana. Es el amor de los cristianos maduros, porque han conocido más de cerca a Dios. Busquemos ese amor hoy.
 Narrado por: Daniel Ramos
 Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..?
Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

lunes, 26 de agosto de 2013

Reflexiones - EL CASO DEL HOMBRE QUE SE ROBÓ A SÍ MISMO

Matutina para Jóvenes, Lunes 26 de Agosto 2013

¿Qué esperanza tienen los impíos cuando son eliminados, cuando Dios les quita la vida? ¿Escucha Dios su clamor cuando les sobreviene la angustia? (Job 27: 8, 9). 

Durante la década de 1920, un ladrón llamado Arthur Berry se hizo famoso en Estados Unidos. Era un ladrón de joyas muy diestro, con un estilo especial. No le robaba a cualquiera. Las damas elegantes de Boston anunciaban con orgullo que Arthur Berry había condescendido a robarles sus diamantes. 

Por supuesto, la policía no pensaba lo mismo de él. Lo perseguía día y noche, pero otra de sus habilidades era escaparse de la justicia. Mas una noche lo sorprendieron mientras robaba en una casa; le dieron tres balazos, cayó por una ventana, pero escapó. Finalmente una mujer celosa lo denunció y Berry pasó 18 años en prisión. Cuando salió se fue a vivir a un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra. 

Un día se supo dónde vivía y numerosos periodistas acudieron a entrevistarlo. Le preguntaron lo acostumbrado, pero un joven reportero le planteó una pregunta muy perspicaz: «¿A quién le robó usted más?» 

Arthur Berry contestó que aquella era la pregunta más fácil de contestar de todas. «El hombre a quien más le robé fue a Arthur Berry Yo pude haber sido un magnate de Wall Street. Pude haber sido un empresario de éxito si hubiera utilizado de forma legal los talentos que Dios me dio. Pude haber tenido éxito en los negocios, pero pasé más de la mitad de mi vida en la cárcel». 

Terribles palabras, ¿verdad? Qué desgracia es perder todas las oportunidades de la vida y luego mirar hacia atrás para ver lo que pudo haber sido y no fue. ¿Te imaginas? Saber que pudimos haber sido un gran artista, un gran misionero, un gran empresario, un gran servidor público y, sin embargo, terminar nuestros días avergonzados por haber desperdiciado el tiempo en tonterías. Desperdiciar una vida tan valiosa en simplezas es una tragedia, por decirlo suavemente. 

Por supuesto, lo más aterrador es la posibilidad de mirar la santa ciudad desde afuera de los muros de piedras preciosas. Saber que pudimos estar dentro y, sin embargo, nos encontramos fuera. Procura no equivocarte en esto. Toma todas las medidas de precaución que puedas para que eso no te suceda. Sería una tragedia eterna. No puedo imaginar lo que sentirá una persona que fue cristiana adventista, que conoció la verdad y, sin embargo, se encuentre fuera de la ciudad de Dios. Procura que no sea tu caso. 
Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..? 
Relatos y anécdotas para jóvenes 
Por Félix H. Cortez 

viernes, 23 de agosto de 2013

Reflexiones - CUANDO EL SOL SE PONE



Ya no será el sol tu luz durante el día, ni con su resplandor te alumbrará la luna, porque el Señor será tu luz eterna; tu Dios será tu gloria. Isaías 60:19\

Nada tan hermoso como el amanecer, excepto un bello atardecer. Cuando llega la aurora, el cielo se matiza de colores dorados y ocres que parecen salidos de la paleta del Artista divino. La frescura del aire matinal penetra los sentidos y, al ser transportadas en las alas de la imaginación, podremos en ocasiones captar una vislumbre de la patria celestial. El amanecer es sinónimo de vida. La naturaleza despierta, las aves elevan sus trinos y los humanos reiniciamos las faenas inconclusas. El amanecer nos pone en acción, genera dinamismo y alegría.

Por otro lado, el atardecer es un espectáculo que arroba el alma y cautiva los sentidos. La mano de Dios diseñó los colores del atardecer. Rojos intensos en la línea del horizonte con los que se despide el sol. El aire se hace fresco y se llena de fragancias húmedas, como cuando la tierra recibe la lluvia generosa. El atardecer que nos ofrece descanso y paz, es a la vez la promesa más segura de un nuevo amanecer. El espíritu entra en un recogimiento que nos acerca a Dios, ante quien nos inclinamos reverentes en muestra de gratitud. ¡El amanecer y el atardecer son dos alegorías de alabanza y gratitud al Creador!

Nosotras somos hechura de Dios. Algunas de ustedes quizá estén en el amanecer de la vida, otras ya hemos entrado al atardecer de la existencia. Sin embargo, todas somos poseedoras de una belleza singular y somos expresiones del amor de Dios. Las jóvenes que están en el amanecer de la vida son promesas por cumplir. Las mujeres adultas que están en el atardecer de la existencia, son como promesas cumplidas. Las jóvenes son el génesis de la existencia humana; mientras que las damas adultas son como el epílogo de los buenos libros: en ellas se encuentra la mejor lección.

Mujer joven, ¡despierta! Tienes mucho que hacer. Levántate con la naturaleza y alaba a Dios. Trabaja, aprende, prepárate. Tienes el tiempo y la lozanía de la juventud a tu favor. Si acaso estás en una etapa madura, piensa que eres la reina del atardecer. Podrás invitar al descanso e infundir paz a los que te rodean. Reposa en los brazos de tu amante Señor y retoma nuevas fuerzas para continuar con la misión de tu vida, de manera que cuando el sol se ponga en tu día, entres en la alegría del eterno amanecer.

Narrado por: Sirley Delgadillo
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado 

jueves, 22 de agosto de 2013

Reflexiones - «VIEJA» ES QUIEN HA PERDIDO EL PLACER DE VIVIR


Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. Salmo 125:1

 «Vieja» es aquella persona que ha perdido el placer por la vida. Las mujeres avanzadas en años, en cambio, son las que han acumulado, como si fueran tesoros, alegrías, anécdotas y experiencia. Aunque algunos quizá no deseen convivir con una persona vieja, sin embargo todos disfrutan de la conversación y la presencia .de una mujer avanzada en años que exhala un perfume de satisfacción personal en todos sus actos. Las mujeres viejas huelen a amargura, se visten de luto y apagan la luz de su existencia; se envuelven en mantos de oscuridad y desprecian la vida. No ríen, no lloran, no se emocionan. La risa de los niños les molesta, la algarabía de los jóvenes las irrita. Son las que caminan con la cabeza agachada, pues mirar a los árboles, ver el sol y el cielo ya no tiene encanto para ellas. Por otro lado, las mujeres avanzadas en años tienen recuerdos para compartir, viven con la ilusión de un nuevo amanecer, reconociendo que cada día representa un enigma que resolver con emoción. Son las que conocen y abren el camino para las más jóvenes, y siembran optimismo, e incluso picardía y gozo a cada paso. Son las que, aunque se aproximan al final del camino, se muestran satisfechas, porque han transitado tomadas de la mano de Dios. Confían en él y esperan seguir viviendo en la eternidad. Con la ayuda de Dios, algunas llegaremos a acumular muchos años. Pero nunca nos haremos viejas. Seremos como el roble que, cuantos más años tiene, más fuerte se hace y ofrece su sombra generosa, debajo de la cual descansa el peregrino de la vida. Nunca perdamos el encanto juvenil, ni la capacidad de asombro de los niños. Tener años no significa enfermarnos; caminar lento no implica quedar paralizadas. Si no podemos correr, ¡caminemos, juguemos, riamos, emocionémonos, descubramos, a nuestro propio ritmo! Amiga, trabaja con tus manos sin descuidar tu mente; sobre todo, ayuda al prójimo. Es la mejor terapia para no envejecer. No pienses que el tiempo pasado fui' mejor. Descubre tu presente, que seguramente está lleno de sorpresas y emociones nuevas, y vive esperando lo mejor del futuro. 
Narrado por: Sirley Delgadillo 
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer Aliento para cada día 
Por Erna Alvarad 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Reflexiones - SUBE EL SIGUIENTE PELDAÑO


Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas». Josué 1:9 

Muchos han comparado la vida con una escalera por la que se debe ascender. Cada uno de sus peldaños representa objetivos a alcanzar y desafíos que enfrentar. Únicamente la persona que llegue a la cumbre podrá saborear la gloria de la autorrealización. Por otro lado, la decisión de llegar es personal. El ascenso requiere inteligencia, cautela, confianza, perseverancia, paciencia y tenacidad. La tarea de subir peldaño a peldaño podría estar acompañada de cansancio, desánimo y caídas que incluso podrían lastimarnos. Me alegra saber que Dios nos hizo para aspirar a lo elevado, a lo bueno, a lo superior, y que a la vez nos capacitó física, mental y espiritualmente para lograrlo. Para eso el Señor únicamente nos pide: «¡Sé fuerte y valiente!» (Jos. l: 6). Dios sustentará tu espíritu de lucha y te dará la victoria. Querida amiga, ser una mujer de Dios, ser madre y esposa, o una trabajadora asalariada, exige preparación constante; exige capacitación, estudio y especialización. Cada peldaño alcanzado es una invitación a subir al siguiente. El camino de la superación se transita cuando cada día encontramos un motivo para ser felices y para poner todo nuestro empeño en la realización de las tareas cotidianas, sin importar cuan sencillas nos parezcan. Cuando mostremos gratitud por los grandes favores de Dios y también por sus pequeñas bendiciones, el Señor nos bendecirá ricamente. Amiga, hoy estás de pie frente a la escalera de tu vida. Es la misma escalera que Jacob contempló en su sueño. Por ella suben y bajan ángeles buscando auxiliar a los seres humanos. No tengas temor de ascender y contemplar la cumbre aunque se encuentre arropada por las nubes. Decide y prepárate a vivir este día como el mejor de tu vida. El mejor día para aprender, crecer, luchar, amar, trabajar, reír, ¡hazlo una realidad! Deposita toda tu confianza en Dios y entrega tu mejor esfuerzo. Recuerda que: «El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano» (Sal. 36: 23-24). 
Narrado por: Sirley Delgadillo 
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer Aliento para cada día 
Por Erna Alvarado - 

martes, 20 de agosto de 2013

Reflexiones - ¿CUÁNDO ES POSIBLE LA RECONCILIACIÓN?


Por tercera vez Jesús le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Juan 21: 17).

 Siempre es posible perdonar a quien nos ha hecho daño. De hecho, la Biblia requiere que, por nuestro propio bien, perdonemos a los que nos han ofendido, sin importar la gravedad de la herida que hayamos sufrido, o si la persona pide o desea el perdón. Es unilateral y sana al que lo otorga. 

La reconciliación, sin embargo, no siempre es posible. La reconciliación depende de dos personas y ambas necesitan invertir mucho en el proceso para que se produzca. ¿Cuándo es posible la reconciliación y la renovación de una amistad profunda? Lewis B. Smedes enuncia cuatro condiciones: 

• Primera, se debe comprender y aceptar la realidad del daño. Quien hizo el daño debe reconocer que hubo sufrimiento, que fue injusto y profundo. Hay quienes lastiman a otros sin darse cuenta. Mientras no lo acepten, no habrá reconciliación genuina. El reconocimiento de la falta contribuye a la reparación del daño causado. 

• Segunda, quien hirió debe sentir la herida que causó. No es suficiente un asentimiento intelectual del problema. Debe sentir el dolor que causó. 

• Tercera, al dialogar tiene que actuar con sinceridad. El diálogo establece el foro, el espacio en el que ocurre la reconciliación. Debe haber disposición a escuchar el relato del herido y tratar de entenderlo con sinceridad. El que fue herido también debe asegurarse de que el otro ha comprendido. 

• Finalmente, debe haber sinceridad en cuanto a un futuro común. Esto incluye una promesa de que quien hizo daño no volverá a herir nunca más. 

La experiencia de José nos proporciona un ejemplo muy útil al respecto. Él había perdonado a sus hermanos y renunciado a la venganza antes de que ellos se aproxi maran. Cuando llegaron, sin embargo, José no se dio a conocer a ellos inmediatamente. Quería saber si habían cambiado. Los probó para saber si era posible una reconciliación. Jesús hizo lo mismo. 

Los cuatro elementos mencionados no se dan con facilidad. Es un proceso difícil que requiere mucho amor en el que perdona y humildad en el ofensor. También requiere tiempo. Y no siempre es perfecto, porque nadie lo es. ¡Pero es posible! Dios hoy puede obrar un milagro en tu vida. ¿Qué dices? 

Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..? 
Relatos y anécdotas para jóvenes 
Por Félix H. Cortez

lunes, 19 de agosto de 2013

Reflexiones - DISCULPAR NO ES PERDONAR

Matutina para Jóvenes, Lunes 19 de Agosto 2013

Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba (Efesios 2: 14).


El teólogo escocés Hugh Ross Mackintosh definió una vez el perdón de la siguiente manera: «Es un proceso activo de la mente y del temperamento de alguien lastimado, por medio del cual anula un daño moral para hermanarse con el que lo ha lastimado, restableciendo la libertad y la alegría de la amistad». ¿No te parece admirable? El perdón hace posible que exista hermandad donde había ene-mistad y gozo donde había dolor. Cuando éramos esclavos del odio y el resentimiento, el perdón hizo posible la existencia de la confianza y el amor.

¿Cuál es la clave de la reconciliación? De acuerdo con Mackintosh, la clave está en la anulación del «daño moral». Esto es muy importante, porque el daño que nos han hecho se convierte en un obstáculo real entre nosotros y quienes nos lastimaron. Cuando alguien nos ha herido injusta y profundamente, ese acto se convierte en una «pared intermedia de separación» que nos impide tratarnos como hermanos, porque la confianza o el amor fueron traicionados. Esta separación es natural y apropiada porque nos protege de sufrir más injusticias.

Por eso, disculpar a otros no es perdonarlos, sino todo lo contrario. Cuando disculpas a alguien niegas que hubiera un daño y por tanto no es necesario perdonar. Si deseas realmente destruir la «pared intermedia de separación», primero debes reconocer que existe.

No me refiero aquí a ser muy sensibles. No debemos dar importancia a asuntos triviales. Sin embargo, sí debemos reconocer las heridas profundas. Pero no podemos quedarnos allí. Tenemos que renunciar a la venganza y, mediante los lentes prodigiosos de la gracia, perdonar a nuestros enemigos por el mal que nos hicieron.

Cuando pecamos contra Dios, él no disculpó nuestro pecado. Reconoció plena-mente su gravedad. Pero no se quedó allí. También retiró el «daño moral» que habíamos infligido, satisfizo los requerimientos de la justicia. Por medio de Jesús, Dios derribó la «pared intermedia de separación» e hizo posible la reconciliación entre nosotros y el cielo.

¿Existe un «problema moral» que te separa de Dios? Te invito a confesarle tus pecados y aceptar el medio que ha provisto en Cristo para reconciliarnos con él. Dios NO te disculpa. Te perdona. No tienes que fingir o esconderte. Únicamente acepta su mano extendida en busca de tu amistad.

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez - 

viernes, 16 de agosto de 2013

Reflexiones - HAY QUE TERMINAR LA CARRERA

Matutina para Jóvenes, Viernes 16 de Agosto 2013



También nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante (Hebreos 12: 1).

 En el espectáculo de la carrera del cristiano, el principal espectador es el Padre mismo. Nuestro éxito le interesa más que a nosotros mismos o a cualquier otro ser del universo. 

En 1992, durante los juegos olímpicos de Barcelona, Derek Redmond, velocista inglés, había competido en las semifinales de los cuatrocientos metros. Para él, esa carrera era una especie de revancha. Cuatro años antes, en las olimpiadas de Seúl, se había desgarrado el tendón de Aquiles durante los calentamientos y no pudo competir. Ahora se le presentaba otra oportunidad. 

Sonó el disparo de salida y los corredores salieron en busca del triunfo. Pero a una distancia de ciento cincuenta metros de la meta a Derek se le desgarró un músculo y cayó al suelo presa de un intenso dolor. Los camilleros corrieron hacia él pero les hizo señas de que se alejaran, se levantó como pudo y comenzó a andar a saltos dirigiéndose a la meta. . 

De repente un hombre saltó de las gradas, corrió hacia Derek y echó su brazo sobre sus hombros. Juntos saltaron durante los últimos cien metros hasta llegar a la meta. El ayudante era Jim Redmond, el padre de Derek. Había hecho un gran sacrificio para que su hijo llegara a la competición. Cinco minutos más tarde, padre e hijo llegaron a la meta y sesenta mil personas les brindaron una gran ovación de pie. 

Cuando lo entrevistaron, el padre dijo: «Hicimos un pacto: mi hijo iba a terminar la carrera. Esta es su última olimpiada. Entrenó durante ocho años. Yo no podía permitir que no terminara la carrera». 

Eso es lo mismo que nuestro Padre celestial hace por nosotros. No se avergüenza de llamarse nuestro Dios (Heb. 11: 16). Cuando lo buscamos tirados en el suelo, paciente y amoroso nos levanta y nos acompaña el resto de la ruta. No permitirá que nos quedemos en el camino si queremos llegar a la meta y clamamos por su ayuda. Es una verdad bíblica. Acércate hoy a tu Dios y Salvador mientras te empeñas en terminar la carrera que él te propone para hoy y para toda tu vida. 
Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..? 
Relatos y anécdotas para jóvenes 
Por Félix H. Cortez - 

jueves, 15 de agosto de 2013

Reflexiones - ¿CUÁNTOS AÑOS TIENES?


Escucha, hijo mío; acoge mis palabras, y los años de tu vida aumentarán. Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. Proverbios 4:10-11 

Dicen que la única pregunta que no se le debe hacer a una mujer es: «¿Qué edad tiene usted?». El hecho es que si alguien osa plantearnos esa interrogante, quizá evadimos la respuesta con un toque de humor, o sencillamente mencionamos nuestra edad con una voz apenas audible. Personalmente yo creo que los años vividos no deberían avergonzar a nadie. Aunque quizá nos preocupe el efecto que los mismos hayan causado en nuestras vidas, en caso de que estén vinculados a un estilo de vida cuestionable. 

A lo que menos deberíamos temer las mujeres, cuando hemos vivido en armonía con Dios, es a las canas y a las arrugas. Por otro lado, lo que sí debemos respetar son los estragos causados en la vida como consecuencia de malos hábitos, de pecados sin confesar, y de la carga asociada a un marcado sentimiento de culpa. 

Los años bien vividos, pocos o muchos, deben hacer honor a lo que eres: una hija de Dios creada a su imagen y semejanza. El paso de los años jamás debería borrar en nosotras esa imagen. Asimismo, el conjunto de esos años debería glorificar el nombre de Dios. Cuando estos dos elementos se conjugan en una mujer cristiana, cada año vivido representa una bendición, no un motivo de vergüenza. 

Examínate en el espejo de tu propia existencia. Observa las huellas que los años han dejado en ti. Los surcos formados en la comisura de tus labios, causados por las muchas sonrisas prodigadas, deben llenarte de orgullo. Las manos visiblemente desgastadas por los quehaceres femeninos serán un indicador de la misión cumplida. La espalda encorvada, quizá por todos esos años que pasaste reclinada en la cuna velando el sueño de tus hijos, debería hacerte sentir como una heroína. 

La próxima vez que alguien te pregunte cuántos años tienes, responde sin vergüenza. Eres una heroína de la vida. Esparce experiencia, enseñanza y sabiduría apoyándote en cada uno de los años cumplidos, y alaba al Señor por los años futuros que él te regalará. 
Narrado por: Sirley Delgadillo 
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer Aliento para cada día 
Por Erna Alvarado

miércoles, 14 de agosto de 2013

Reflexiones - EL SECRETO DEL PERDÓN – 1

Matutina para Jóvenes, Martes 13 de Agosto 2013
Imagen: iStockphoto


Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo: «Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad» (Jeremías 31:3).

En su libro Perdonar y olvidar, Lewis B. Smedes cuenta la historia de Fouke y su esposa Hilda. Fouke era un panadero alto y delgado que vivía en la aldea de Faken, en lo más recóndito de Frisia, en los Países Bajos. Era tan recto que su justicia parecía brotar desde sus labios delgados y la gente prefería mantenerse alejada de él. La esposa de Fouke, Hilda, era pequeña y redonda. Su calidez no repelía a la gente con sus lecciones de honradez, sino que más bien los invitaba a su corazón que siempre parecía estar abierto para servir a todos.



Hilda amaba y respetaba a su esposo, pero anhelaba de él algo más que su justicia y rectitud, y en ese anhelo secreto residía la razón de su tristeza. Un día, después de haber trabajado toda la mañana amasando pan, Fouke regresó a casa donde encontró a un extraño en la cama con Hilda.



La historia del adulterio se convirtió en la conversación de la taberna y el escándalo de la congregación de Fouke. El recto panadero sorprendió a todos, sin embargo, cuando anunció que perdonaba a su esposa como la Biblia decía que debía hacerlo. Sin embargo, en lo profundo de su corazón, Fouke no podía perdonar a su esposa por haberlo traicionado tan dolorosamente. Cuando pensaba en ella sentía que el corazón se le llenaba de rabia. En su interior la despreciaba y la odiaba. Quizá sin saberlo, Fouke había perdonado a Hilda solo para castigarla con el peso de su rectitud.



La falsedad de Fouke, sin embargo, no era aprobada en el cielo. Cada vez que Fouke sentía ese odio secreto, un ángel bajaba y colocaba una piedrecita del tamaño de un botón en el corazón de Fouke. Las piedrecitas fueron aumentando el dolor y el odio. El corazón creció tanto que Fouke se dobló bajo su peso y el dolor se hizo in- • soportable hasta que el hombre deseó morir.



Esa noche, el ángel que colocaba las piedrecitas anunció a Fouke que su dolor podía ser curado.. Si recibía el milagro de los ojos mágicos, su corazón lastimado se renovaría.



Mañana continuaré con esta historia. Es posible que tú pases por la situación de Fouke. Alguien te lastimó, hay odio y dolor en lo más profundo de tu corazón. Ese dolor tiene solución si recibes el milagro de los ojos mágicos. Ese milagro lo puede hacer Dios en tu vida.



Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez 

martes, 13 de agosto de 2013

Reflexiones - LA ESCUELA DEL ÉXITO - 2


Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo (Juan 6: 37). 

Para llegar a dominar una habilidad se necesitan mucha práctica y perseverancia. El que aprende a tocar un instrumento lo sabe muy bien. Cuando alguien aprende a tocar el piano, su dedo va miles de veces a dar en la tecla equivocada. Es como un requisito que no está escrito en el manual. Interesante, ¿verdad? No desanimarse por fracasar miles de veces antes de aprender a tocar.

 Jaime y Josefina son los padres de un bebé perfectamente normal. El pequeño, que es un hato de energía, comienza a dar sus primeros pasos, se cae una y otra vez. Ellos observan sus progresos, al principio con satisfacción y luego con temor. Finalmente deciden llevar un registro. Cada caída del bebé se indica con una marca o símbolo. Al final se dan por vencidos. Después de que su bebé se caiga trescientas veces en una semana deciden hacer algo para poner fin a aquella dolorosa práctica. Llegan a la conclusión de que aprender a caminar es muy difícil, así que le amarran los pies para que no camine y deje de darse de bruces contra el suelo. 

Ridículo, ¿verdad? Pues Dios tampoco hace eso. Lo importante es que todo aquel que lo intente aprenderá a caminar. Muchos hombres afamados y exitosos llegaron a la cumbre pasando por el camino del fracaso habitual, estrepitoso y doloroso. Walt Disney, por ejemplo, que muchos reconocen como uno de los hombres más creativos que han existido, fue despedido de un periódico «porque carecía de creatividad». Después de aquel primer fracaso quedó varias veces en bancarrota antes de construir sus famosos parques recreativos. A «Babe» Ruth, el famoso bateador, lo «poncharon» mil trescientas veces. Pero consiguió setecientos catorce jonrones. Es decir, fue «ponchado» dos veces por cada jonrón que bateó. 

Algunos escritores confiesan que durante sus inicios recibieron más de doscientas cartas de rechazo. Así que ya sabes el precio del éxito. En realidad, implica un trabajo muy duro. Ninguno se puede considerar escritor si no ha fracasado muchas veces. Por ejemplo, el novelista inglés John Creasey llegó a acumular setecientas cincuenta y tres cartas de rechazo. Luego publicó quinientos sesenta y cuatro libros. 

Lo mismo pasa en el camino de la vida cristiana. El cristiano cae, se equivoca, peca, comete errores de toda clase. Pero, de todas esas situaciones, se levanta y al luí logra desarrollar un carácter como el de Cristo. Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..? 
Relatos y anécdotas para jóvenes 
Por Félix H. Cortez - f

lunes, 12 de agosto de 2013

Reflexiones - LA ESCUELA DEL ÉXITO - 1


Siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en la desgracia (Proverbios 24: 16). 

El pastor Tim Crosby, en su libro Vestiduras de gracia, dice algo extraordinario con relación al texto de hoy: «Quizá usted esperaba leer algo como: "El hombre malvado cae siete veces, pero el justo permanece firme". Pero no es eso lo que dice. Dios dice que el justo cae siete veces, pero que cada vez que cae se levanta, se sacude y sigue adelante hacia su objetivo. Amigo, ese es el secreto del éxito financiero, social o espiritual».

 Richard Edler escribió un libro al que le puso por título If I Knew Then What I Know Now [Si entonces hubiera sabido lo que sé ahora]. El autor pide a varios ejecutivos que mencionen lo más importante que han aprendido en sus vidas, algo que desearían haber sabido veinticinco años antes. 

Para Bill Lipien, presidente de Mitchun, Jones & Templeton, la enseñanza más importante es: «Sé consciente de que en un treinta por ciento de los casos fracasarás estrepitosamente».

 J. Melvin Muse, presidente de Muse Cordero Chien and Associated, afirma: «Comete numerosos errores. Los errores alimentan un rápido desarrollo profesional. Aprende a recuperarte de forma brillante. Luego no cometas el mismo error una segunda vez. Haz esto y tu progreso hacia la cumbre será más veloz que el de tus colegas conservadores». El éxito se encuentra al otro lado del fracaso. Tienes que fracasar si quieres triunfar. Los grandes triunfos surgen del fracaso repetido. ¿Cuántas veces has fracasado después de tu bautismo? No me refiero necesariamente a apostatar, salir de la iglesia e irte al mundo de cabeza, aunque eso también está incluido. Me refiero a pecar abiertamente, cometer errores penosos. Es posible que la mayoría, o quizá todos tus errores, sean desconocidos para los demás. Algunos de esos errores solo los conocen Dios, tú y Satanás. Otros únicamente Dios y tú, porque son pecados cometidos en el santuario de la conciencia; es decir, en la mente. Y es posible que otros únicamente Dios los conozca, pero de todos ellos te puedes volver a levantar. Es la maravilla del perdón y la gracia del Señor.

 Dios lo dijo en nuestro texto de hoy: puede perdonar la misma falta muchas veces, porque sabe que sus hijos corren el riesgo de caer muchas veces y no quiere que teman acercarse a él en busca de perdón. Aférrate a su gracia y su misericordia y avanza hacia la perfección, aprovechando los errores del pasado. 

Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
 ¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
 Por Félix H. Cortez 

sábado, 10 de agosto de 2013

Reflexiones - SALVAR O PERDONAR


No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado (Levítico 19:17).

 El odio es un virus difícil de curar. Es también un parásito que sobrevive a costa de nuestra vida y nuestra felicidad. Sin embargo, aunque ardua, la sanación es posible. Michael Cristofer, en su obra de teatro Black Angel [Ángel negro], cuenta la historia de un general de la Alemania nazi a quien el tribunal de Nuremberg había condenado a treinta años de prisión por las atrocidades que cometieran sus soldados. Se llamaba Hermann Engel. Por cierto, en alemán, Engel quiere decir ángel. Al terminar su sentencia, Engel fue liberado y se retiró a una pequeña cabana en las montañas de Alsacia, Francia, tratando de olvidar su pasado y vivir en paz. Morrieaux, sin embargo, esperaba su turno. 
La familia de Morrieaux, un periodista francés, había sido masacrada por las tropas de Engel. Cuando el tribunal de Nuremberg se negó a sentenciarlo a muerte, Morrieux selló el destino de Engel en su propio corazón. Treinta años después viajó al pueblo cercano a la cabana y allí convenció a los fanáticos para que subieran y quemaran a Engel y a su esposa. Antes de caer la noche, sin embargo, Morrieaux subió para entrevistar a su víctima. Había detalles de la historia que Morrieaux deseaba investigar. Cuando Morrieaux estuvo frente a Engel, quedó confundido. Vio una figura endeble y temblorosa. Un anciano torturado por su conciencia que solo quería descansar. 
Conforme avanzaba la entrevista, Morrieaux decidió salvar al pobre anciano. Le reveló lo que pasaría en unas pocas horas y le dijo que estaba dispuesto a sacarlo de allí y salvar su vida. Engel le contestó lentamente: «Iré con usted con una condición: que me perdone». 
Morrieux trastabilló. Estaba dispuesto a salvar a ese anciano endeble pero, ¿perdonarlo? ¡Nunca! Esa noche los aldeanos subieron y asesinaron a Engel y a su esposa. ¿Por qué Morrieaux no pudo perdonar? Se había convertido en prisionero de su odio. La venganza se había convertido en su razón de existir y había devorado su alma. En cierto modo, Morrieaux se había convertido en su odio. No le pertenecía. Él pertenecía a su odio. Dios nos pide que perdonemos a quienes nos hieren. El perdón, y solo el perdón, sanará nuestra alma. Pide a Dios que esta mañana te dé el poder de perdonar a la persona que te haya hecho daño.
 Narrado por: Daniel Ramos 
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013 ¿Sabías que..?
 Relatos y anécdotas para jóvenes Por Félix H. Cortez 

jueves, 8 de agosto de 2013

Reflexiones - LLENO DE OPTIMISMO



Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor. Proverbios 18:21

 Si tu esposo sale cada día a la calle a ganarse el pan cotidiano y tú permaneces en casa, tienes una tarea muy importante que hacer. La vida fuera de casa es dura y, con el fin de enfrentar adecuadamente el estrés, se necesita una disposición única. Tú debes confeccionar esa armadura especial en casa. Si tu cónyuge sale «gruñendo» y dando un portazo al ir al trabajo, te aseguro que tendrá contratiempos, mal ánimo y muchas probabilidades de tener enfrentamientos con otras personas a lo largo del día. Por el contrario, si en tu casa se «cocinan» la buena voluntad, la amabilidad y el apoyo, sus habitantes tendrán jornadas de trabajo productivas, disposición de ánimo para llevarse bien con los demás, capacidad para aceptar sugerencias y un profundo sentimiento de satisfacción. El buen ánimo, así como el malo, se genera en gran medida en el hogar, y el entorno del hogar depende de la poderosa influencia de la madre. Esto lo he comprobado durante mis más de cuarenta años como esposa, y más de treinta como madre. Debemos esparcir gotas de optimismo y torrentes de alegría en nuestras jornadas hogareñas. Si tú, como ama de casa, te muestras optimista, contagiarás a tu esposo, a tus hijos, hermanos y hermanas, tíos y tías, ¡a todos los que estén cerca de ti! Las mujeres apocadas, deprimidas y enojadizas, cubren a su familia con un manto frío y oscuro de pesimismo y de anticipada derrota. 
Por lo tanto: 
• Espera siempre cosas buenas de la vida y de quienes te rodean. 
• Elabora nuevos proyectos. 
• Ríete con frecuencia. 
• Agrega una gota de humor a los momentos difíciles. 
• Busca y encuentra el lado bueno de la gente. ¡Seguro que lo tienen! Por último, recréate en el gran amor de Dios, y disfruta al máximo el privilegio de ser su hija. 
Narrado por: Sirley Delgadillo 
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
 Aliento para cada día
 Por Erna Alvarado 

martes, 6 de agosto de 2013

Reflexiones - TU FUTURO DEPENDE DE TI


Por cuanto has hecho esto, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian (1 Samuel 2: 30).

¿Leíste bien el texto de hoy? Dios tuvo que desdecirse de su promesa debido a la infidelidad de Elí y sus malvados hijos. Las más solemnes promesas y _'amenazas de Dios pueden ser condicionales. Con él no hay problemas. Todas sus promesas son más firmes que el cielo y la tierra. El problema somos nosotros. Incluso una promesa irrevocable es condicional. El apóstol Pablo dijo: «Las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento» (Rom. 11: 29). Sin embargo, aunque por su parte sean irrevocables, quedan condicionadas por la nuestra. El Señor hizo a David un firme juramento: «A uno de tus propios descendientes lo pondré en tu trono. Si tus hijos cumplen con mi pacto y con los estatutos que les enseñaré, también sus descendientes te sucederán en el trono para siempre» (Sal. 132: 11, 12).

Dios hizo una promesa irrevocable sobre la presencia de los descendientes de David en el trono, pero únicamente si sus hijos eran fieles al pacto. Una continua desobediencia nos apartará del ámbito de las bendiciones prometidas y borrará nuestro nombre del libro de la vida del Cordero (lee Apoc. 3: 5).

La gracia de Dios es gratuita y abundante. Debemos permitir que fluya constantemente sobre nuestra vida. El pasado no es más que un prólogo. El libro de nuestra experiencia de fe debe escribirse diariamente por una vida de obediencia al Señor. Cada día escribimos nuestro diario de victoria sobre el pecado a través de la fe en Jesús. Cada día escribimos nuestro diario de obediencia por fe. Si te apartaste del sendero de la fe y la obediencia, el destino no está escrito; puedes volver a Cristo porque su gracia es abundante.

¿Cómo están tus relaciones hoy con el Dios compasivo y misericordioso? Olvida te de tu pasado, haya sido bueno o malo. Lo que importa es lo que tienes delante. Ratifica hoy tu pacto con Dios. Las puertas de la gracia siempre están abiertas para que por ella entren todos los que desean perdón y regeneración.

El mal está en el perverso corazón humano que se niega a entregarse a Cristo. Pero él dice: «Al que a mí viene, no lo rechazo» (Juan 6: 37). Búscalo hoy, mañana puede ser demasiado tarde.

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

lunes, 5 de agosto de 2013

Reflexiones - NO ABUSES DE TUS AMISTADES


En mi primera defensa, nadie me respaldó, sino que todos me abandonaron (2 Timoteo 4: 16).

Quizá te ha fallado algún amigo o alguna amiga. Pero no te desalientes, también le pasó al apóstol Pablo y a Jesucristo. Recuerda: «Todos los discípulos lo abandonaron y huyeron» (Mat. 26: 56). Los seres humanos no somos confiables. No creas que siempre se deba a ingratitud o a traición; a veces es por causas difíciles de precisar. No pienses mal de tus amistades.

De todos modos, es un hecho que no se puede ponderar. Un amigo verdadero está presente cuando todos se han marchado. Hasta las personas más famosas han experimentado momentos de depresión, cuando necesitan un verdadero amigo que los anime. «Babe» Ruth fue una de las grandes estrellas del béisbol. Su explosivo bate produjo un total de 714 jonrones. A Babe lo admiraban muchas personas, pero con el paso del tiempo su popularidad comenzó a disminuir. Finalmente los Yankees lo traspasaron a los Braves. Durante uno de sus últimos partidos en Cincinnati, Ruth pasaba por una mala racha. Salió desinflado y realizó malas jugadas, lo que provocó que los Reds anotaran cinco carreras en una entrada.

Mientras Babe se dirigía a los vestuarios, cabizbajo y desanimado, se escuchó un coro de abucheos entre la «fanaticada». Sin embargo, sucedió algo extraordinario. Un muchacho saltó la valla y con lágrimas en los ojos corrió hacia el gran atleta. Sin pensarlo, se arrojó a las piernas de Ruth y se aferró a ellas. El jugador lo alzó y lo colocó de nuevo en el césped. Acarició suavemente su cabeza, lo tomó de la mano y los dos salieron juntos del terreno de juego.

Creo que podemos proclamar dos verdades. Primera, que la falta de apoyo de un amigo no siempre es ingratitud ni traición. Por lo tanto, no trates con mucha severidad a tus amistades. Segunda, que Jesús perdonó a sus amigos que lo abandonaron y volvió a confiar plenamente en ellos. El apóstol Pablo también. Sigue su ejemplo.

Sin embargo, esta es la verdad más importante: aunque toda amistad terrenal falle, siempre podrás encontrar un amigo en Jesús. Él es un amigo más fiel que un hermano (lee Prov. 18: 24). Es un amigo con quien siempre podemos contar. Pero [Jesús no pierde la confianza en sus amigos. Recuerda lo que dijo a los once desertores: «Ustedes son los que han estado siempre a mi lado en mis pruebas» (Luc. 22: 28). Procuremos ser amigos fieles de Jesús, porque él es nuestro Amigo más fiel.

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

domingo, 4 de agosto de 2013

Reflexiones - CONFIAR EN LAS PROMESAS


Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré» (Hebreos 13: 5).

No sabemos por qué algunas personas sufren más que otras y, porque no lo sabemos, todavía sufrimos más, especialmente cuando nos comparamos con otros a quienes, al parecer, siempre les va bien. Eso le pasó a Mary Stevenson. Mary nació el 8 de noviembre de 1922 en la ciudad de Pensilvania, Estados Unidos. Su madre murió cuando ella tenía seis años. Durante la Gran Depresión, su padre tuvo que criar a sus hijos sin ayuda. Mary vivió en medio de grandes dificultades.

Durante su adolescencia escribió un poema que se inspiraba en las diferentes cosas que habían afectado su vida y quiso compartirlo con otras personas que quizá habían sufrido lo mismo. El título de aquel poema era «Pisadas en la arena». Es muy posible que lo hayas leído. Es bastante conocido.

A los 16 años Mary se casó con un hombre que abusaba de ella. Debido a eso, se fugó junto con su hijito y se refugió en una reserva «indígena» cerca de Claremore, Oklahoma. Más adelante perdió a su hijito y luchó varios años intentando recuperarlo. Volvió a casarse alrededor de 1950 con un caballero llamado Basil, a quien llamó «El amor de mi vida».

Fue en aquella época que vio impreso por primera vez su poema «Pisadas en la arena», pero se le atribuía a un autor anónimo. Varios abogados le aconsejaron no Intentar atribuirse la autoría, ya que no tenía pruebas para reclamarlo. Luego le tocó luchar contra la poliomielitis, y más tarde su esposo sufrió un grave accidente.

En enero de 1980, Basil murió debido a un problema cardiaco. En ese momento Mary decidió mudarse de la casa que habían compartido durante 25 años. Mientras preparaba la mudanza, halló una vieja maleta llena de poemas que había escrito a lo largo de los años. Halló una copia manuscrita del poema con la fecha de 1939. Un experto determinó la validez del documento y con él pudo reclamar la autoría del poema.

Al final el sol brilló de nuevo sobre el oscuro camino de su vida. Entonces comprendió que era verdad lo que ella había escrito en el último verso del poema. Mary Stevenson murió en 1999. Comprobó la veracidad de la promesa de Jesús: quienes permanecen a su lado nunca estarán solos. ¿Puedes sentir la presencia de Dios en tu vida?

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

viernes, 2 de agosto de 2013

Reflexiones - EL ORDEN DE LAS PRIORIDADES


Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas (Mateo 6: 24).
Jesucristo dejó bien claro que no podemos servir a dos señores. No podemos colocar a Cristo y a nosotros mismos en el centro de nuestras vidas. Es imposible. Los que aman a Dios con todo su corazón no pueden hacer otra cosa que buscar primero su gloria. Cuando actúan así, las prioridades toman el orden adecuado en sus vidas.

En una de las exhortaciones más desafiantes, pero que brindan mayor seguridad, Jesús aconsejó a sus oyentes que no se preocuparan ni siquiera por sus necesidades físicas y materiales básicas. Entonces, propuso lo siguiente: «Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» (Mat. 6: 33). Cuando confiamos en Dios y lo amamos hasta el punto de colocarlo en el primer plano de nuestras prioridades, no tenemos de qué afligirnos. Esto no significa que nuestros problemas se van a desvanecer, sino que confiaremos en que nuestro Padre celestial satisfará, como lo ha prometido, las necesidades que nuestros esfuerzos no puedan compensar.

Muchos hoy se vuelven hacia el materialismo y otros mecanismos de escape en una interminable búsqueda por encontrar satisfacciones a su existencia. Por supuesto, a cualquier precio. Pasan el tiempo procurando «vivir la vida», pero descubren que no consiguen lo mejor de la vida. Y así les transcurren los años de manera vertiginosa, en medio de la frustración y el descontento extremos.

Un hombre tenía una esposa cuyo desesperado deseo era acumular objetos mate-riales. Lo molestaba constantemente para que él le consiguiera algo nuevo: un abrigo, otro automóvil, perlas, pieles, entre otras cosas. Finalmente compró unos lotes funerarios para él y su esposa. Cuando seleccionaban las lápidas, decidió cuáles serían sus epitafios. «La de mi esposa», dijo al marmolista, «dirá: "Se murió por acumulación de objetos materiales". Y sobre la mía escriba: "Él murió por conseguirlos"».

La gente que aquel día se había reunido en el «monte de las bienaventuranzas» tuvo una demostración viviente de que no necesitaban «objetos materiales». Dios proporciona a sus hijos todo lo necesario en el momento que lo necesitan. Lo único por lo cual debemos preocuparnos es que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida. Todo lo demás es secundario. ¿Aceptarás la propuesta que Dios tiene para tu vida?

Narrado por: Daniel Ramos
Lecturas Devocionales para Jóvenes 2013
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez